Cuando el estilismo se hace persona
El arte tiene una parte de inspiración y bastante más de transpiración, es decir, los antiguos artesanos, que ellos no se autodenominaron artistas, lo eran en mayor medida, de lo que muchos así adjetivados pretenden. Ahora bien, sin inspiración no hay genialidad, pero para que la haya, debe haber un depósito previo, que solo se logrará con trabajo y constancia. No valdrá solo con aparentar, o ser más histriónico, o ser el último moderno pretendiente a marcar sendas. Habrá que demostrarlo en el tiempo. O no será más que una flor hemerocallis, hermosa sí, pero efímera y sustituida inmediatamente por otra de la misma especie. Vivimos en un mundo donde la impostura sustituye al arte.
Ninguna novedad real hemos visto en los últimos amaneceres, y si esto es cierto en cualquier arte, lo es más, en los denominados efímeros, entre los que encontramos, los del culto al cuerpo. Se lanzan nuevas estéticas, que ya lo fueron hace siglos. Y ello no significa que no sea bello, lo es, si está bien hecho. Y es un placer para los sentidos que se agradece. Es obligación del estilista, conocer su oficio, así como saber los distintos oficios que en el suyo va a influir. El cabello, influirá en como se ve el vestido, el vestido realzará u ocultará las joyas o los zapatos y un maquillaje puede desviar la atención de las miradas o a la inversa. Ahora bien, será el cabello natural, de lo único que no podremos desprendernos, pues al final, ya sea en solitud o en compañía, terminaremos desnudos, y ahí si, no pueden haber artificios. Siendo de los ornamentos corporales, no quirúrgicos, de los mas duraderos. Es el estilista, el que realmente, debe captar la esencia de la personalidad de cada individuo concreto realzando o matizando los defectos o las virtudes, siendo casi, un médico del alma, pues su obra, ayudará a sentirse bien, al ser admirada y deseada o disimulada, a esa persona que se confió a sus manos. Porque lo importante es la persona, cada una en sí misma, es única y especial. Eso es lo que consigue Toni Rodrigo, con su genialidad y arte, su oficio y su ya larguísima experiencia, y sus numerosos galardones obtenidos. Así lo demuestra en cada uno de los cabellos que, realmente ha creado específicamente para «esa» y no otra persona. Y lo hace cada día, pues cada día, cada persona es para él, única. Eso es lo que hace ser un gran estilista.
Ximo Albinyana
Poeta.